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15
Nov, 2023
Todos los puestos de trabajo están expuestos a sufrir un accidente y esta tendencia va en aumento. Esto pasa básicamente por 3 motivos: desconocimiento, poca formación y falta de concienciación e implicación, tanto de la empresa, como de los propios trabajadores.
Los accidentes laborales, desgraciadamente, están a la orden del día en todas las empresas de nuestro país. Durante el pasado 2021, ha aumentado el número de víctimas mortales por accidentes de trabajo
Pero, ¿cómo esto puede ser posible si cada vez se aprueban más normas en pro de la seguridad de las personas trabajadoras? Pues muy sencillo: “Una cosa es lo que ponga el papel, y otra muy distinta es hacerlo realidad”.
Las leyes dictan unos parámetros mínimos que toda empresa debe cumplir. Dichas medidas son muy superfluas y, en la mayoría de ocasiones, su implementación no garantiza la seguridad y salud laboral.
Las empresas deben poner más de su parte en la prevención de los accidentes laborales y, sobre todo, deben entender que la Prevención de Riesgos Laborales no es un gasto, sino una verdadera inversión.
Las organizaciones deben mostrar una implicación para su prevención y el primer paso para ello pasa por saber qué son, cómo se producen, y cuándo se catalogan como tal. Sino, difícilmente se podrán prevenir.
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 156 del Texto Refundido de la Ley General de la Seguridad Social, “un accidente de trabajo es toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta ajena”.
Teniendo en cuenta esta definición legal, junto con otros parámetros dictados por la jurisprudencia, se podría considerar que estaremos ante un accidente laboral un accidente
Cuando el trabajador haya sufrido una lesión corporal -entendiendo por lesión corporal: heridas, traumatismos, golpes u otros daños físicos, así como secuelas o enfermedades de carácter psíquico o psicológico-.
Y cuando esa lesión se haya producido a consecuencia del trabajo. Por tanto, debe existir un nexo causal entre la actividad laboral que desarrolla el trabajador, y el daño sufrido.
Paralelamente al accidente de trabajo, nos encontramos con la denominada “enfermedad profesional”. A diferencia de lo que ocurre en los accidentes, la enfermedad profesional hace referencia a un proceso que comporta un empeoramiento progresivo de la salud.
Pero ¡ojo! No cualquier enfermedad que se desarrolle en el trabajo, adquiere la catalogación de profesional. Para ello, será necesario que cumpla con los requisitos establecidos por la norma.
Aunque la respuesta a esta pregunta puede resultar bastante obvia, creo que es necesario resaltar todos los beneficios que se desprenden de la prevención de accidentes laborales.
Y es que, articulando medidas preventivas efectivas, no sólo se logra protege salud y la seguridad de las personas trabajadoras, sino que también:
Se reduce el número de bajas.
Mejora la productividad laboral.
Disminuyen los costes asociados a las bajas laborales.
Se producen menos paralizaciones en los procesos de producción de la empresa.
Se evitan responsabilidades imputables a la empresa.
Se reducen los costes relacionados con las pólizas de Seguros de Accidentes.
Como ves, ¡todo son ventajas!
Todos los puestos de trabajo están expuestos a sufrir un accidente y esta tendencia va en aumento. Esto pasa básicamente por 3 motivos: desconocimiento, poca formación y falta de concienciación e implicación tanto de la empresa como de los propios trabajadores.
En prevención tenemos una premisa básica: “identifícalo antes de que suceda”. Para evitar un accidente, lo mejor es estar preparado y “verlo venir”. De hecho, esta es la primera clave sobre la que me gustaría hacer hincapié.
Teniendo cubiertas estas 5 fases reducirás los accidentes optimizando tus recursos (además de prevenir y minimizar el factor riesgo).
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